Insurgency, Authoritarianism and Drug Trafficking in Mexico’s “Democratization”

Abstract

La obra contiene un cuestionamiento respecto de que, el tipo de cambio político que se vive en México desde finales de 1970, pero en especial en la década de 1990, pueda ser considerado como una transición democrática. En términos generales, expone características del modelo que culmina con la elección del primer presidente que no fue del PRI, es decir, el proceso de cambio político al que México se sometió al final del siglo XX, asumiendo un patrón contradictorio de cambios y continuidades, acerca del cual Velasco se encarga de señalar un sin número de sus debilidades.

En los dos primeros capítulos, presenta la existencia de una democracia incompleta, débil y contradictoria, en la que sobreviven prácticas políticas autoritarias, en que la insurgencia constituye un problema latente y en la que el narcotráfico amenaza permanentemente tanto la soberanía estatal como el poder del Estado.

En el tercer capítulo aborda características de pobreza, la forma en que las sucesivas crisis han afectado a la población rural especialmente en Chiapas, Guerrero y Oaxaca, los profundos cambios en el sistema de tenencia de la tierra a partir de 1992, sumándose a ello la minimización por parte del estado de los apoyos con los que tradicionalmente se atendía a la población rural, todo lo cual, junto con otra serie de consecuencias de la entrada en vigor del TLC, vinieron a agudizar la inequidad entre los polos de los sectores sociales y económicos en el país.

En ese contexto analiza la participación y el apoyo de agrupaciones campesinas al movimiento insurgente del EZLN en Chiapas, el por qué de las adhesiones y simpatías que atrajo; pero también, la cauda de respuestas represivas, la militarización y las incontables violaciones a los derechos humanos que se derivaron. Preguntas relacionadas con las razones de lo que pudiera verse como sobrevivencia del movimiento insurgente, de hecho inhabilitado militarmente hoy día; así como respecto del papel de otros actores sociales en el apoyo a las demandas iniciales del propio movimiento, en un ambiente de creciente y generalizado empobrecimiento de la población.

Tras una rápida visión de los cambios vividos en torno al funcionamiento de las estructuras autoritarias en el país, a través de la experiencia de cambio de partido en el poder político al frente de la presidencia del país, con sus implicaciones de metamorfosis del tipo de gobernantes empresariales, y el componente de una transición democrática inalcanzable, Velasco muestra la debilidad y la vulnerabilidad de las estrategias del estado para cumplir con agendas que se plantea frente a la gran influencia de la corrupción, de los enormes negocios ilegales de drogas, del inmenso poder de actores internacionales; sin que se de un fortalecimiento del régimen político. En su último capítulo, Velasco sugiere cómo debería caracterizarse al proceso general de cambio político en México, o cómo ir más allá de la transición democrática, en el contexto de las limitaciones inherentes a las reformas neoliberales y de persistencia de la inequidad en la distribución del poder económico, político y social. Plantea la necesidad una nueva interpretación de cambio político y propone un programa mínimo de política redistributiva que debería acompañar al proceso de transición democrática en México.