Ruta de investigación de Blanca Rubio (1992-2012)

Abstract

Desde sus trabajos iniciales en una trayectoria de investigación de más de 25 años, Blanca Rubio Vega ha mantenido importantes ejes de análisis que, junto con los de algunos otros estudiosos del sector rural, atrajeron la atención de los científicos sociales y de diversas organizaciones de la sociedad civil. Una de sus preocupaciones principales retomada o abordada de manera especial en cada uno de sus trabajos, es mantener el señalamiento del dominio y la explotación sobre los productores rurales, en contraste con el escaso margen de libertad en el que se desenvuelve el movimiento campesino y el punto de desenlace de cada uno de sus intentos organizativos, obstaculizados o incluso reprimidos con el fin de frenarlos o de plano fragmentarlos y destruirlos, como consecuencia del enorme poder e intereses contra los que el movimiento representa un peligro. Su sólida formación como economista y la rigurosidad en sus investigaciones, la ha mantenido a la vanguardia del debate relacionado con la explicación de la crisis alimentaria en México y en América Latina en el contexto de la fase agroalimentaria y agroexportadora neoliberal. Pondera el impacto de la crisis entre la población más empobrecida en el sector rural, incluyendo análisis particulares relacionados con la vida de las mujeres del campo. Sus contribuciones para el análisis coyuntural hacen referencia a las raíces de las medidas y políticas puestas en práctica por los gobiernos y sus instituciones, desde la postguerra en la década de 1940 y hasta nuestros días. Aun cuando el enfoque de Blanca Rubio se apoya en su propia especialización, mantiene una visión holística de la situación del campo; de la complejidad de la producción y del mercado. Enfatiza el poder que representa la organización productiva en las empresas agroexportadoras, su acceso a la innovación tecnológica; así como de sus efectos en el empleo rural y en la devastación de los recursos naturales. Su posición crítica en diferentes foros académicos y sociales, marca un tipo de vinculación y de contribución a través de sus análisis, en un debate que esclarece perspectivas y conduce a la búsqueda y a la propuesta de alternativas para el sector rural. El reconocimiento a su producción es muy amplio, en instituciones de estudios superiores y de investigación tanto en México como en América Latina, incluyendo el hecho de que fungió como presidenta de la Asociación Latinoamericana de Estudios Rurales de noviembre del 2002 a noviembre del 2006.