Los mazatecos se ubican en el estado de Oaxaca, en las regiones de la Cañada y el Valle de Papaloapan-Tuxtepec. La cuenca del Papaloapan cuenta con un sistema arterial de abundantes ríos que descienden de la Sierra Madre Oriental. Los mazatecos se autodenominan Ha shuta Enima, que en su lengua significa "los que trabajamos el monte, humildes, gente de costumbre".
Los grupos mazatecos tienen variaciones dialectales según el municipio en el que se ubiquen.
Su organización social y sistemas jurídicos eran muy sólidos, abonaban a la cohesión étnica en el pasado remoto, pero desde los grandes cambios que comenzaron con su fragmentación a partir de la conquista y otros cambios todavía más drásticos como la construcción de la Presa Miguel Alemán en 1957 en su territorio, la debacle ambiental y cultural que ese acontecimiento generara, trajeron consigo miseria, enfermedades y rupturas que afectaron la vida de los mazatecos. Por ejemplo, la pesca y la agricultura, que fueran algunas de sus actividades económicas sobresalientes, decayeron al perderse la riqueza de sus acuíferos en más del 60%. A ello se suma la presencia de compañías que explotan otros importantes recursos como es el caso de sus bosques, considerando que el 70% de su territorio es de alta serranía.
Su cosmovisión vincula la región ecológica, la salud, la familia y la comunidad. La medicina tradicional requiere del abasto de insumos para los curanderos o chamanes, los cuales provienen de la naturaleza, de los espíritus y de lo sagrado. El cuidado de los recursos es trabajo de todos, por lo que el tequio tiene una importante función. La vida religiosa y el ritual son centrales entre los mazatecos, la experiencia mágico religiosa conecta con aspectos emocionales y de conflictos en torno a la dualidad del bien y el mal.
Las nuevas formas de organización económica que comenzó como mencionamos, a mediados del siglo XX, han diluido aspectos como los arriba mencionados en la vida de los mazatecos, hasta el punto en que los consejos de ancianos comenzaron a desaparecer en el escenario de la autoridad tradicional, tomando su lugar los criollos y caciques mazatecos.
Las tomas fotográficas de esta colección corresponden a los municipios de Huautla o Huautla de Jiménez y a Mazatlán. El primero fue considerado en tiempos remotos como capital de lo que llamaban señorío del sur, en tanto que Mazatlán se ubica hacia la zona serrana, y se le consideraba la capital del señorío del norte.
Nota: Resumen elaborado a partir de información del sitio oficial www.cdi.gob.mx
Los grupos mazatecos tienen variaciones dialectales según el municipio en el que se ubiquen.
Su organización social y sistemas jurídicos eran muy sólidos, abonaban a la cohesión étnica en el pasado remoto, pero desde los grandes cambios que comenzaron con su fragmentación a partir de la conquista y otros cambios todavía más drásticos como la construcción de la Presa Miguel Alemán en 1957 en su territorio, la debacle ambiental y cultural que ese acontecimiento generara, trajeron consigo miseria, enfermedades y rupturas que afectaron la vida de los mazatecos. Por ejemplo, la pesca y la agricultura, que fueran algunas de sus actividades económicas sobresalientes, decayeron al perderse la riqueza de sus acuíferos en más del 60%. A ello se suma la presencia de compañías que explotan otros importantes recursos como es el caso de sus bosques, considerando que el 70% de su territorio es de alta serranía.
Su cosmovisión vincula la región ecológica, la salud, la familia y la comunidad. La medicina tradicional requiere del abasto de insumos para los curanderos o chamanes, los cuales provienen de la naturaleza, de los espíritus y de lo sagrado. El cuidado de los recursos es trabajo de todos, por lo que el tequio tiene una importante función. La vida religiosa y el ritual son centrales entre los mazatecos, la experiencia mágico religiosa conecta con aspectos emocionales y de conflictos en torno a la dualidad del bien y el mal.
Las nuevas formas de organización económica que comenzó como mencionamos, a mediados del siglo XX, han diluido aspectos como los arriba mencionados en la vida de los mazatecos, hasta el punto en que los consejos de ancianos comenzaron a desaparecer en el escenario de la autoridad tradicional, tomando su lugar los criollos y caciques mazatecos.
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